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C'est fini

Me acaban de avisar que murió alguien que no conocía y que, sin embargo, sí conocía. Es como cuando se muere un personaje en una novela, un personaje con el que uno ha reído, ha llorado, ha querido y, a veces, ha odiado. Pero se muere y el vacío, por mucha animadversión que le tengamos, nunca será mejor que el silencio.

Acaba de morir un personaje en la novela de mi vida. Ni siquiera se trata de un personaje secundario. Con suerte aparecería en algún capítulo y el lector se acordaría de él porque, tal como a mí, me hizo reír mucho, mucho más que a los que tenía más cerca, seguramente.

Fue un personaje con todas sus letras, alguien que se escapaba de las páginas del libro y que, al mismo tiempo, se escapaba de su propia existencia. Era más que ella misma y era más de lo que decían que era.

Hoy se fue alguien que, en realidad, nunca existió en carne y hueso para mí y que, por lo mismo, por existir sólo en escritos, pensamientos y conversaciones, seguirá para siempre.

PD: especialmente dedicada a un buen amigo. Por si algún día lo lees, te quiero mucho.